El postmodernismo de Laclau y Mouffe

Mouffe/Laclau: Hegemonía y estrategia socialista. El libro ofrece un buen resumen de las tesis principales de las teorías “post-críticas”:

  1. Crisis de la noción de sujeto, “… aquella unidad cartesiana que era atribuida por las cienccias humanas tradicionales a los agentes sociales. Estos son actualmente concebidos como sujetos «descentrados», como constituidos a través de la unidad relativa y débilmente integrada de una pluralidad de «posiciones de sujeto»” (Ernesto Laclau y Chantal Mouffe: Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Siglo XXI, México, 1986. p. VIII.).
  2. Negación del esencialismo: “… la hegemonía, como lógica de la ffacticidad y la historicidad que no se liga, por tanto, a ninguna «ley necesaria de la historia», sólo puede ser concebida sobre la base de una crítica a toda perspectiva esencialista acerca de la constitución de las identidades colectivas” (loc cit.)

El razonamiento siguiente es paradigmático: de las siguientes afirmaciones: “lo que está actualmente en crisis es (a) toda una concepción del socialismo fundada en la centralidad ontológica de la clase obrera como, en (b) la afirmación de la Revolución como momento fundacional en el tránsito de una sociedad a otra, y (c) en la ilusión de una voluntad colectiva perfectamente una y homogénea que tornaría inútil el momento de la política”. De ahí se deduce que debe desterrarse (1) la idea de “una Historia concebida en singular”; (2) “«la sociedad» como una estructura inteligible, que puede ser abarcada y dominada intelectualmente a partir de ciertas posiciones de clase y reconstituida como orden racional y transparente a partir de un acto fundacional de carácter político” (Op cit, p. 2).

Veamos más en concreto las diferentes críticas que los autores le hacen al “marxismo ortodoxo”:

  1. Los cambios del capitalismo como un mero despliegue de las tendencias y contradicciones endógenas de éste. Se reduce “el significado de todo elemento o antagonismo social al reducirlo a una localización estructural específica, fijada de antemano por la lógica del modo de producción capitalista” (ibíd, p. 18. Se hace referencia a un texto de Kautsky de 1892.). En el cambio de siglo, la “crisis del marxismo” está marcada por dos momentos fundamentales: (i) la nueva conciencia de la opacidad de lo social; (ii) la fragmentación de las distintas posiciones de los agentes sociales respecto de la unidad que debiera haber existido entre las mismas.
  2. La respuesta de la “ortodoxia” (Kautsky, Plejanov) a la crisis es postular el partido como necesaria instancia totalizante, que sólo puede concebirse como tal en la medida en que es el depositario de la ciencia (marxista). Este nuevo “nexo articulante no puede ser simplemente referido a la cadena de la necesidad histórica monísticamente concebida”.

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