Fenomenología del Espíritu

Introducción
El conocimiento como “instrumento que sirve para apoderarse de lo absoluto, o como el medio a través del cual es contemplado [lo absoluto]”
Necesidad de ponerse de acuerdo acerca del conocimiento, debido a:
a) Diversas clases de conocimiento, con diferente validez para alcanzar aquel fin.
b) Puesto que el conocimiento es una capacidad de clase y alcance determinados, sin la determinación precisa de su naturaleza captaríamos el error y no la verdad.
c) Puede incluso ocurrir que el propósito de ganar para la autoconciencia por medio del conocimiento lo que es en sí sea en su concepto un contrasentido. En efecto, nos hallamos ante la siguiente disyuntiva:


1. Si el conocimiento es un instrumento para apoderarse de la esencia absoluta, la aplicación de un instrumento a una cosa no deja a ésta tal y como ella es para sí, sino que la modela y altera.
2. Si el conocimiento no es un instrumento de nuestra actividad, sino, en cierto modo, un médium pasivo a través del cual llega a nosotros la luz de la verdad, no recib iremos ésta tampoco tal y como es en sí, sino tal y como es a través de ese médium y en él.

En ambos casos empleamos un medio que produce de un modo inmediato lo contrario de su fin, o más bien el contrasentido consiste en recurrir en general a un medio.

I. La certeza sensible o el esto y la suposición
El contenido concreto de la certeza sensible hace que ésta se manifieste de un modo inmediato como el conocimiento más rico e incluso como un conocimiento de riqueza infinita a la que no es posible encontrar límite si vamos más allá en el espacio y en el tiempo en que se despliega.
Este conocimiento se manifiesta , además, como el más verdadero, pues aún no ha dejado a un lado nada del objeto, sino que lo tiene ante sí en toda su plenitud.
Pero, de hecho, esta certeza se muestra ante sí misma como la verdad más abstracta y más pobre. Lo único que enuncia de lo que sabe es esto: que es; y su verdad contiene solamente el ser de la cosa.
[La cosa] es: he ahí lo esencial par el saber sensible, y este puro ser o esta inmediatez simple constituye la verdad de la cosa.
[En realidad, ni el yo ni el objeto] son en la certeza sensible como algo inmediato, sino, al mismo tiempo, como algo mediado; yo tengo la certeza por medio de un otro, que es precisamente la cosa; y ésta, a su vez, es la certeza por medio de un otro, que es precisamente el yo.

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